29 de septiembre de 2007

"El Fénix y el Escorpión"

Un día el Escorpión fue hasta el Fénix en sus altas montañas y le dijo: "Tengo un regalo para ti."
El Fénix retrocedió. "Oh, no. Te conozco, hermano Escorpión. Lo sé todo sobre ti. No quiero tu regalo."
"Oh, de verdad", dijo el Escorpión. "Lo dejaré aquí", dijo mientras lo dejaba en el suelo. "Y si no lo quieres, algún otro lo querrá." Luego, el Escorpión se fue.
El Fénix miró el regalo y pensó. "Si cojo el regalo y es una trampa me habrá engañado. Pero si lo dejo y no es una trampa también me habrá engañado. ¿Qué debería hacer?"
Todo aquel día, Fénix se sentó y miró al regalo, pensando: "¿Qué debía tener en mente? Engañó al Cangrejo con la furia y al León con el orgullo. Engañó a Ki-Rin con su ignorancia y a Grulla con adulación. ¿Cómo pretenderá engañarme a mí?"
Pronto, Madre Sol había cruzado el cielo y Padre Luna había iniciado su progreso nocturno, pero Fénix no se había movido un solo paso.
Estaba clavado al suelo, evaluando el regalo Escorpión. Cuando alzó la mirada a la mañana siguiente, vio al Escorpión mirándole y riéndose.
Y Fénix no tuvo nada más que decir.

("La Senda del Escorpión". Ed.: La Factoría de Ideas)

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