Nuestra relación con los Cangrejo es complicada. Un Cangrejo es fácil de engañar, pero si llega a descubrir lo que has hecho, te matará sin vergüenza o piedad. Es por ello que si debes jugar nuestro juego con los Cangrejo, debe jugarse con la mayor delicadeza. Nunca deben conocer la fuente de su dolor y sus miserias.
Sin embargo, debemos ser cuidadosos sobre qué juegos jugamos con ellos, puesto que es su muralla la que se alza entre nosotros y las tierras del Señor Oscuro. Utiliza sus debilidades, pero respeta su deber.
Al final, los Cangrejo ocultan su odio hacia nosotros tras una máscara de deber. Nosotros hacemos lo que hace falta, como ellos. En realidad, nuestro deber es casi idéntico al suyo. Pero ellos saben dónde está su enemigo. Nosotros debemos ser astutos, puesto que debemos descubrir a nuestros enemigos. Los Cangrejo sienten resentimiento porque saben la verdad, la fuerza no puede igualarse a la astucia.
Sin embargo, debemos ser cuidadosos sobre qué juegos jugamos con ellos, puesto que es su muralla la que se alza entre nosotros y las tierras del Señor Oscuro. Utiliza sus debilidades, pero respeta su deber.
Al final, los Cangrejo ocultan su odio hacia nosotros tras una máscara de deber. Nosotros hacemos lo que hace falta, como ellos. En realidad, nuestro deber es casi idéntico al suyo. Pero ellos saben dónde está su enemigo. Nosotros debemos ser astutos, puesto que debemos descubrir a nuestros enemigos. Los Cangrejo sienten resentimiento porque saben la verdad, la fuerza no puede igualarse a la astucia.
("La Senda del Escorpión". Ed.: La Factoría de Ideas)
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